martes, 5 de abril de 2011

Crónicas de Transilvania.

 Capítulo III.
Diario de Alexandru.

Día VIII, Mes Mártium, Año MCDXIII
(08/03/1.413)
 Parece ser que la cita con Leda ha resultado mucho más provechosa de lo que pensaba. Su carta, enviada a cada uno de nosotros ,no ha pasado desapercibida para otros poderes de Transilvania. No se si por casualidad o por designios de la castigada mente de Leda también han venido a esta reunión unos viejos “amigos”. Al poco de reunirnos se han sumado a nuestra conversación Lucita y Anatole.
Lucita y Anatole.
 Conociendo ya el comportamiento de esta extraña pareja, la verdad es que parecían bastante alterados. Anatole no dejaba de farfullar sobre una misión que debía cumplir. Una misión que consiste en despojar de todo su ser a ciertos Cainitas. Casi no me he podido creer lo que he oído de sus labios. Habla de Amaranto como si no fuera más que una especie de castigo para los niños malos. Porque nos encontramos en el dominio de Leda, si no… Aunque bueno, si se vieron derrotados por esta triste criatura igual es que no merecían su propia posición.
Bueno, el caso es que si bien su non grata compañía ha resultado molesta, nos han traído jugosas noticias. Han hablado de cómo la inquisición se acerca cada vez más en su camino de fe y fuego a nuestras queridas tierras. También han hablado de como un puñado de chiquillos revoltosos han decidido alzar las armas hacia sus señores y sires y en como LaSombra ha sido fagocitado por lo que se hace llamar el movimiento Anarquista. Este último tema ya parece más grave. Parece ser que a unos cuantos de los Antiguos se les han ido las manos de las riendas.  En fin, a ver si sorteamos este obstáculo de una vez, esto no puede durar.
A parte de esto, el resto no ha sido más que un reencuentro entre viejos conocidos. Eso sí, no llego a comprender como nos hemos juntado tres de los señores de las Siebemburger en una plaza tan decadente y poco defendible. La verdad es que este lugar me asquea. La plebe no teme a Leda, ¡la ama! ¿Dónde se ha visto?
Si obviamos la clara decadencia y debilidad de esta ciudad, hay algo enigmático en ella. Aquí huele a verano cuando en el resto de Transilvania solo llega con cuidado una tardía primavera. Es casi como si Marena solo hubiera mirado de soslayo estas tierras. Además, hay algo diferente en el aire, es como si el corazón pesase menos en estas tierras. ¿Cómo ha conseguido leda traspasar sus deseos a la misma tierra? Todo el mundo parece jovial y despreocupado, han cambiado de idioma y apenas se les reconoce como dura gente de Transilvania. Y aun así parece que estos humanos harían de buena gana cualquier cosa por su  señora. Quizá Leda no tenga tan mal controlado su Dominio como parece. En cualquier caso, esta ciudad parece un buen lugar para alejarse de las tribulaciones del mundo.

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