Capítulo VI.
Diario de Leda.
Dia 15 de Abril de 1495.
Arghes, Valaquia.
Al fin hemos llegado a estas tierras que llaman Valaquia, pero a mí se me antojan tan iguales como Transilvania. Cada noche de retraída primavera me recuerda con dolor mis noches en Timisoara. Más intento no perderme en el recuerdo, es el ahora en lo que debemos concentrarnos. La pluma parece resistirse entre mis dedos y he de poner todo mi empeño en continuar.
La comitiva ha parado en la taberna del pueblo de Arghes, y aunque he sugerido marchar de inmediato al castillo que se encuentra en lo alto del risco una vez más he sido ignorada. Es así que pasaremos el día en la posada a la espera de una nueva noche en la que presentarse en el castillo tras haber enviado a un pueblerino con la noticia de nuestra llegada.
El castillo Arghes. |
Los nativos parecen nerviosos ante nuestra mención del señor del lugar, un par de preguntas inocentes no obtuvieron respuesta, por lo que me vi obligada a optar por métodos menos sutiles, hundiéndome en la mente de la posadera. De su memoria obtuvimos las respuestas deseadas. Vlad mantiene a toda la población aterrada, quien apenas sabe ni cuál es su nombre y obtiene información de algunos de los aterrados aldeanos a cambio de algo de oro y la promesa de una nueva luz del día.
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